jueves, 28 de marzo de 2013

Diario (47) 25 de marzo de 2003


                “Bendita Tú entre las mujeres”
                11:15 “Fiat”. ¡Que se haga la voluntad del Padre! Después de haber dormido en la celda de mi interno de apoyo me traslado a la mía, donde me pongo el traje de faena, mi chándal. Una vez he desayunado y tomado la medicación, me dedico a barrer y a pasar la fregona al pasillo y a las dependencias comunes del piso en el que estoy. Aprovecho para limpiar también mi chabolo. Una ducha, me cambio y a la espera del capellán.
                El educador viene para explicarme que no puedo estar solo. Le expongo que duermo en la celda del interno de apoyo. Me pregunta qué tal sigo y baja.
                “Fiat” –hágase-. Mi sexto día de prisión. Hoy, la Virgen de la Cela recorrerá engalanada, de fiesta, las pequeñas calles del pueblo hasta el cruceiro. Santísima Virgen de la Cela, ruega por mí y por todos los encarcelados. Santísima Virgen de la Cela, ruega por mi familia y por las familias de los encarcelados. Santísima Virgen de la Cela, protege y cuida a tus hijos de Baredo.
                12:45 He celebrado la Santa Misa, rezado el oficio de lectura, laudes y hora intermedia. Me he quedado dando gracias mientras el capellán celebraba. Después me ha contado que ayer ha estado con el Obispo. Le comentó que quería venir a verme pero que le aconsejó que de momento no lo hiciera. Me subraya que se ha ofrecido para todo lo que pueda necesitar.
                Aunque estoy a la espera de la resolución del recurso, en prisión me tratarán como si estuviese condenado. Me observarán los primeros meses: cómo reacciono, si colaboro, etc. Me ha señalado el capellán que el primer mes es el más importante pues a partir de ahí decidirán. Le hablo del pequeño lío que tenemos con las celdas y me indica que tratará de hacer algo. El que no me dejen telefonear, piensa, es sólo para fastidiarme. “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.
                17:40 He roto el ayuno. He ido a comer. Lentejas mezcladas con no sé qué tipo de verduras. Sin grasas ni carne. Estaban buenas. He tomado también un antigripal aunque ya me encuentro mejor. A ver si comienzo a coger el ritmo de esta nueva vida.
                Sé que está mal y que no debería ser así pero, confieso, me aburro. He terminado de rezar el breviario y el rosario, me he dormido una pequeña siesta y…aquí estoy. Sin poder telefonear, solo en la celda, vienen a mi pensamiento mi familia, mis amigos, esta situación en la que me encuentro… ¡Cuánto tiempo para pensar! Domine, ut videam.
                Recibo cuatro cartas y me apresuro a responderlas. Uno de los auxiliares de biblioteca me pide que le preste 10 €. Mañana cobra y me asegura que me los devolverá. Parece de fiar, ya veremos. Sigo sin poder telefonear e imagino que mamá estará preocupada pues desde el sábado no sabe de mí. Santísima Virgen de la Cela guárdamela, protégemela, cuida de toda mi familia y amigos.
                Fin de la jornada y traslado a la celda de mi interno de apoyo.  “Fiat”

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