La medida
cautelar de dieciséis de julio ha sido dictaminada por la titular del Juzgado
de Instrucción encargado de llevar a cabo la investigación de mi caso. Ya no es
la misma Juez que, el pasado veintiséis de marzo, después de preguntar al
fiscal si había pruebas y de que éste le respondiera “ninguna”, extendía su mano
para apretar la mía al tiempo que me decía: “padre,
tranquilo”. Fue el gesto más delicado y humano de aquél sombrío día en
dependencias policiales y judiciales, y que me hizo prorrumpir en sollozos.
Desde aquella fecha, se ha vuelto a tomar declaración a los
menores, que van todavía más lejos en sus acusaciones, como podré saber en
cuanto se me vuelve a llamar ante la Juez para responder de ellas.
En
septiembre telefoneo a mi abogado para que me informe de cómo transcurre la
investigación. Después de disculparse por no haber contactado antes conmigo y
de explicarme que ha sufrido un accidente de moto, me indica que en agosto todo
ha estado paralizado. Es el mes de las vacaciones nacionales y, aunque los
juzgados permanecen abiertos, los expedientes y sumarios parecen disfrutar
también del período estival. Me recalca que debo estar tranquilo y que no
podemos hacer otra cosa que esperar. Ya se me informará sobre la posibilidad de
que el caso siga adelante o se dé por sobreseído por falta de pruebas.
El
veinticuatro de este mismo mes compareceré nuevamente en los Juzgados. En esta
ocasión, ante los psicólogos asignados
para que se me haga un examen pericial psicológico. Se pretende establecer una
valoración de mi personalidad. Son más de tres horas en las que, después de una entrevista individual
semiestructurada, se me aplica el Cuestionario de Personalidad MMPI.
De ahí
extraerán, entre otras, las siguientes conclusiones: "se presenta
sereno y colaborador, evidenciando un buen estado de ánimo..., no refiere
antecedentes de consulta y/o tratamiento psicológico o psiquiátrico, ni
circunstancias que lo motivaran. Refiere que actualmente está de baja laboral
«por depresión» y a tratamiento farmacológico. ... se presenta correcto
y colaborador, lúcido, orientado, su lenguaje es culto, fluido y coherente. No
se observan alteraciones en el curso ni en el contenido de su pensamiento, ni
trastornos en la sensopercepción, manteniendo adecuado juicio y
razonamiento". Añadirán, además: "los resultados de la
aplicación del cuestionario de personalidad MMPI, no ofrecen indicadores de
trastorno mental invalidante. Puntúa significativamente por encima de la
media..., perfil que corresponde a una persona sensible con intereses
estéticos, idealista y que reacciona de forma depresiva ante las
dificultades".
¿Evidenciaba
“buen estado de ánimo”? ¿Ante que “dificultades” reaccioné de forma
depresiva? ¿Cabe algún otro tipo de reacción ante lo que se me ha venido
encima?
También,
como he podido saber más tarde, a los denunciantes se les hará un examen
pericial psicológico. Será al día siguiente y consistirá, para ellos, en una
entrevista individual semiestructurada y una evaluación de la credibilidad del
contenido de la entrevista.
Sobre los
menores razonarán: "presenta un irregular ajuste a la norma
social", "cursó 3° de ESO, por segunda vez, con pobre
aprovechamiento académico y deficiente integración escolar", "se
presenta inquieto, evidenciando una precaria estabilidad emocional. Refiere que
en ocasiones se pone muy nervioso y sufre desmayos, habiendo consultado con
Salud Mental Infanto-Xuvenil", "repitió curso en dos ocasiones,
cursando 2° de ESO, con deficiente aprovechamiento escolar",
"describe problemas de integración escolar y social". De todos
ellos se considera que producen "un relato con criterios
de contenido suficientes para considerarlo verosímil".
Cuando estos informes llegan a mis manos, llama mi atención, que a
ellos no se les hubiera hecho un cuestionario de personalidad ni a mí una
evaluación de la credibilidad del contenido de la entrevista. De todos modos,
no dejo de pensar en cómo en cuestión de unas horas se puede realmente llegar a
conocer con autenticidad a una persona.
El pudor y la discreción no me dejan transcribir las declaraciones de
estos muchachos ante la Guardia Civil, el 23 y 24 de marzo, ante la Juez, el 28
de mayo y 12 de junio, y ante los psicólogos, el 25 de septiembre. Baste, por
ahora, indicar que he transcrito catorce folios, por ambas caras, con
anotaciones señalando contradicciones e incoherencias. ¿Las tendrán en cuenta
Jueza y fiscala?
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