miércoles, 14 de noviembre de 2012

Diario (28) Periódicos


Una lluvia de crónicas periodísticas se ha desatado a raíz de conocerse que la Audiencia ha decretado mi libertad bajo fianza. Uno de los periódicos me sorprende particularmente cada día con noticias que no se sabe de dónde proceden. El sábado veinticuatro da voz a un representante de la familia de los denunciantes, un tal "Ricardo Gómez", quien me acusa de ser "una persona muy fría, sabe lo que hace y hay informes médicos que mencionan su doble personalidad con inclinaciones delictivas". ¿Quién es el tal Ricardo y a qué informes médicos puede referirse? Bastaría para refutar esta acusación lo que el mismo informe pericial, de veinticuatro de septiembre, que se ha llevado a cabo en las diligencias de este caso, concluye: "no refiere antecedentes de consulta y/o tratamiento psicológico o psiquiátrico, ni circunstancias que lo motivaran, (...) los resultados de la aplicación del cuestionario de personalidad MMPI, no ofrecen indicadores de trastorno mental invalidante. Puntúa significativamente por encima de la media..., perfil que corresponde a una persona sensible con intereses estéticos, idealista y que reacciona de forma depresiva ante las dificultades". Tal acusación sólo puede ser respuesta a la "indignación" que las familias de las supuestas víctimas sienten ante mi libertad.
También habla el mismo periódico de una supuesta "investigación" abierta en Fornelos y Cangas. Es singularmente llamativo que se indique este último lugar cuando ni siquiera pertenece a mi Diócesis, por lo que no habría podido desarrollar allí mi actividad ministerial ni educativa. En el Auto de diez de octubre, en que la Juez instructora respondía a mi defensa, se afirma: "...con relación al comportamiento del Sr. Rial, se contiene en el escrito de recurso que "ninguna falta, ni tacha alguna, se ha observado en el ejercicio pastoral ni docente, ni en este último destino ni en los anteriores", y que en consecuencia, se puede concluir "que su conducta fue siempre intachable y modélica, como se acredita por la certificación emitida por el Obispado de Vigo, del que dependía eclesiásticamente", -Es cierto que dicha certificación obra en la causa, y que en la misma, además del historial profesional del Sr. Rial se asegura la inexistencia de antecedentes o noticias referidas a él similares a la que motiva la presente causa penal. A este respecto, sobra tal acreditación, pues no le cabe duda a esta instructora que si los superiores del ahora procesado hubiesen tenido conocimiento o noticia en el pasado de la posible existencia de este tipo de situaciones, habrían actuado en consecuencia tanto en el ámbito eclesiástico como en el penal. Precisamente porque tales implicaciones no constan, el procesamiento se decreta únicamente por los hechos ocurridos durante su destino en las parroquias que fueron objeto de la denuncia iniciadora del presente procedimiento y que han sido la razón de esta investigación"
Será el mismo rotativo, el día veintiséis, quien tenga que desmentir que exista un portavoz por parte de la familia: "La credibilidad dada al supuesto portavoz... tenía como único fin ofrecer la oportunidad de expresarse libremente a todas las partes implicadas". ¿Es ésta la profesionalidad de los periodistas? ¿El fin justifica los medios? ¿No llegan siquiera al nivel de saber comprobar la autenticidad de un supuesto portavoz? ¿O quizás alguien ha recomendado que se improvise un desmentido sobre tal emisario?
El mismo noticiero hablará de una solicitud para recaudar fondos realizada por el sacerdote que me sustituye el sábado diecisiete y domingo dieciocho diciendo que los "vecinos de la zona" “también han presenciado estupefactos como eran colocados... carteles solicitando ayuda y apoyo para el cura". La iniciativa fue de los propios vecinos, ¿cómo iban a quedar estupefactos? Y, en el colmo de lo que es no contrastar en absoluto sus informaciones, llegan a decir “que los padres de los jóvenes pusieron mucho empeño en aclarar la verdad antes de decidirse por la vía de la denuncia". ¿Quién ha manifestado o ha sido vocero, esta vez, de semejante patraña?
Lovecraft, un novelista estadounidense, decía que "el periodismo es un oficio fácil. Cuestión de escribir lo que dicen los demás"  ¡Si!, como Mme. Remusat, literata francesa, estoy convencido de que "un periodista afirma aquello de lo que no está seguro”. Y es que  "políticos y periodistas comparten el triste destino de tener que hablar hoy de cosas que hasta mañana no comprenderán totalmente" (.Helmut Scmidt). En verdad, al menos yo, llego a la conclusión de que "los periódicos siempre excitan la curiosidad; pero nadie los deja sin un sentimiento de desilusión" (Charles Lamb). Me atrevo a ratificar que más valen cincuenta y ocho días entre "delincuentes",  en prisión, que unos minutos leyendo las noticias de algunos "profesionales" de la información.
Otro periódico, haciendo alusión a la oposición a mi puesta en libertad por parte de la abogada de los menores, responde con la afirmación de la Audiencia: "no basta la elevada penalidad como único criterio para ponderar el riesgo de fuga", "el peligro de desaparición de pruebas disminuye a medida que se contemplan las investigaciones" y para valorar que cometa nuevas infracciones no es suficiente la apreciación de genérica tendencia criminal. Insiste en que la abogada de las presuntas víctimas afirma que "la elevada gravedad de los hechos es razón suficiente para que el sacerdote continúe en prisión", puede haber riesgo de fuga y "nosotros defendemos que se han cometido doce delitos de agresión sexual". Añade que lo más importante es ahora que "permanezca alejado de los niños". Se sigue reiterando que he abandonado las actividades después de que los padres presentaran las denuncias y se refiere, en esta ocasión, a "fuentes cercanas a la investigación" para repetir que los médicos me aconsejan "reposo absoluto". Nuevamente hablan de "las clases de catequesis" y de "niños". La acusación predica también que "además de las declaraciones de los niños" están "los informes periciales, realizados por dos forenses".
El diario da a conocer que la cantidad fijada para la fianza ha sido ofrecida por un “conocido” y anunciará que ha sido desestimado el recurso presentado por mi defensa contra el Auto de procesamiento. Presenta los informes forenses como supuesto complemento a las declaraciones por parte de los menores denunciantes y como pruebas suficientes para imputarme. Matizan que las denuncias son de abusos, en algunos casos, y de agresión sexual en otros. Acuden a “fuentes del Obispado” para referir que seguiré de baja y que se encuentran "satisfechos" de que pueda vivir con mi familia. Una referencia a mi supuesto estado de ánimo: "tranquilo, sereno y esperando que acabe lo que él considera una pesadilla".
Este mismo día es tan "tranquilo y sereno" el estado de ánimo en el que me encuentro que he de acudir al médico, quien ha de atenderme de inmediato, porque mi situación es realmente alarmante. Ha de aumentar la medicación que ya me había prescrito y me dará un volante para que acuda urgentemente al psiquiatra. ¿No es el periódico, como afirmaba Honoré de Balzac, "una tienda en que se venden al público las palabras del mismo color que las quiere"? ¿No comprobamos con auténtica certeza lo que Henry Fielding ya advertía en el s. XVIII: "un periódico consta siempre del mismo número de palabras, haya noticias o no las haya"?
Hay un tercer diario que da cuenta regularmente también de los sucesos. No lo hará de modo tan tendencioso como los otros dos y ayuda, creo, a que el lector obtenga una información sobre el caso en cuestión más completa y contrastada. En él sí se mencionan a las distintas corresponsales, cosa que ninguno de los otros hace, y citan quiénes son sus fuentes de información, señalando incluso sus nombres. No llama "niños" a los denunciantes o presuntas víctimas, sino muchachos, atendiendo a sus edades "de 15 y 16 años". La información es contrastada entre vecinos de una y otra parroquia y no recurren a la publicación de ninguna fotografía personal. Aunque algunos de los datos no son exactos no son tampoco relevantes -dígase de la edad que me atribuyen o del año en que afirman que llegué a la parroquia-.  Además de una información más objetiva, hacen una referencia  a mi estado de ánimo preguntando a una fuente de primera mano, el mismo capellán de prisiones.
Toda una sorpresa, cuando todavía estoy en prisión, me causará la reseña de que un vecino de una de las parroquias del Concello de Fornelos se ha ofrecido a pagar la alta fianza impuesta para mi libertad por parte de la Audiencia. Se llevará a cabo el depósito en efectivo por parte de este vecino que quiere permanecer en el anonimato. ¿Cómo agradecer tan alto gesto de adhesión y confianza? No son pocos, además, los que tanto en las parroquias donde desarrollé mi actividad con anterioridad como en las últimas, quieren prestar su generosa colaboración económica. Así lo resalta este mismo diario. No puedo menos que sentirme halagado y agradecido por estas nuevas muestras de cariño y de confianza por parte de quienes han sido mis feligreses.
Recuerdo aquél pasaje de la Sagrada Escritura: "no estéis preocupados por vuestra vida: qué vais a comer; o por vuestro cuerpo: con qué os vais a vestir. ¿Es que no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni siegan, ni almacenan en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿Es que no valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Quién de vosotros, por mucho que cavile, puede añadir un solo codo a su estatura? (...) Bien sabe vuestro Padre celestial que de todo eso estáis necesitados. Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se os añadirán" (Mt. 6, 25-27.32-33).
Menciona también este rotativo que ha recibido distintas llamadas de personas que asegurando ser de la parroquia negaban que los vecinos se ofrecieran a pagar la fianza. "Esta Redacción pudo comprobar que varias de esas llamadas eran falsas". No son las únicas que se producen. Hay quienes están intentando de todas las maneras posibles desacreditarme, inculparme, descalificarme... y se valen de llamadas a la Redacción de periódicos, al Obispado, a mi domicilio familiar e, incluso, a los mismos Juzgados.
Un artículo de un profesor universitario, Paco Sánchez, me hará reflexionar y me tranquilizará enormemente. Anota: "¿Han mentido alguna vez sobre usted? Seguro. Me temo que esa es una experiencia inevitable en esta vida. (...) Quien recibe una calumnia crece una barbaridad..."  si con la herida que provoca sabe "asumir ese dolor y traducirlo en perdón -sin renunciar por ello a que la verdad prevalezca-". Quien lo consigue -dice- "aprende lo más importante: a saber refinar la mierda en dulzura. Y se vuelve cada día más humano y comprensivo".
También me ayuda el leer el n.442 de Forja: "Contempla y vive la Pasión de Cristo, con Él: pon -con frecuencia cotidiana- tus espaldas, cuando le azotan; ofrece tu cabeza a la corona de espinas. -En mi tierra dicen: amor con amor se paga"
Llega a mis manos la entrevista al que durante tres años fue mi compañero de trabajo y hogar. Me impresiona especialmente este testimonio en el que me define como "afable, equilibrado, cariñoso y muy detallista". Habla también de un "plus" que supuestamente haya tenido que pagar por ser sacerdote: "durante a instrucción fixoselle pagar un plus por ser cura, tivo que demostrar máis que ninguén a súa inocencia, presumíase máis a súa culpabilidade". ¿Cómo es posible que alguien tenga que demostrar su inocencia? ¿No sería lo lógico, de sentido común y de Derecho, que quien acusa pruebe la culpabilidad del presunto agresor?
Por fin, la noticia sobre mi libertad, en la que se refiere que “el Obispado mantendrá por ahora en su puesto al cura” y que “la defensa pidió que se cierre el ­caso por «no haber pruebas claras»”, porque “no existen indicios racionales de acusación”. Resulta muy significativo, señala, el que "todos, menos las familias que acusan, están con el párroco".
            ¡Qué distinta puede resultar la misma noticia según quién la publique y cómo matice éste o aquél detalle! ¿No es precisamente eso lo que lleva a muchos a hablar de “procesos paralelos” por parte de la prensa? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario